Aún sin ni siquiera haberse estrenado en España, pero
habiéndolo hecho ya en Estados Unidos, Boyhood
ha resuelto la duda en mí. Todo ese hype de las webs de cine, toda esa espera
por ver lo nuevo de Linklater ha llegado a su fin.
Voy a romper una lanza por Richard Linklater, el
director, el cual no tienen culpa del hype, la culpa es de las distribuidoras y
de algunos críticos de cine demasiado patriotas.
Boyhood es una película correcta, amena en la mayor parte de
los casos y de muy fácil digestión. Es la “peli bien” del año. Me recuerda a Cadena perpetua o a La milla verde, películas con el artificio justo, pero muy bien
llevadas a cabo: Reales, emotivas, sobre todo emotivas, lo que quiere decir que
para los espectadores más fríos, quizá, uno de los puntos fuertes de la
película, se pierda. Su valía está en el trabajo de haber rodado durante tantos
años pudiendo ofrecernos ahora el resultado, pero, desde mi punto de vista, no
justifica toda esa avalancha de elogios.
Son casi tres horas de narración sin igual en las que
quiero destacar el papel de Ethan Hawke, un habitual de las películas de Linklater.
Además, como ya dije, la amabilidad y naturalidad de la película se conserva de
principio a fin.
Resulta muy curioso como el tiempo avanza basándose en
las canciones que van sonando a lo largo del film, es un dato atractivo a tener
en cuenta y que ayuda a la cronología y a la transición lógica y lineal de
sucesos, a ver pasar los momentos de una vida.
¿Conclusión? Quizá demasiado “buenismo” para mí, quizá quiere
quedar demasiado bien con todos, por lo que por ello parece vulnerable. Pido
desde aquí la nominación de Richard Linklater para mejor director, responsable
de la idea y de los elogios, creo que sin duda es el fuerte de la película. La
recomiendo a todos, sobre todo a los que no han recibido tanto hype. 7/10.
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